Su marca, Gato Rosa, nació casi por casualidad, evolucionó con el tiempo y hoy se ha convertido en un proyecto familiar que combina creatividad, diseño y piezas elaboradas con plata 925, piedras naturales, acero y bronce. Para Alejandra, emprender ha significado reinventarse, mantenerse constante y convertir su habilidad en un oficio que nunca deja de sorprenderla. En el marco del Congreso Mujeres BAC, conversamos con Alejandra Caballero, una emprendedora que ha transformado su talento en una empresa sólida y sostenible por más de 25 años.
Alejandra forma parte del Mercadito Pymes de Mujeres BAC, un espacio que ella describe como vital para la visibilidad y el crecimiento de las emprendedoras. Estos encuentros permiten mostrar productos, conectar con clientes y compartir experiencias con mujeres que enfrentan los mismos retos. Este acompañamiento ha permitido que Gato Rosa se posicione en nuevos públicos, fortaleciendo su presencia y ampliando sus oportunidades de negocio.
Uno de los aspectos que más destaca Alejandra es el apoyo financiero recibido por parte del BAC. Sin siquiera solicitarlo, la entidad le ofreció un crédito que le permitió adquirir nueva mercadería, aumentar inventarios y participar en más ferias y mercados. Contar con ese respaldo económico ha sido fundamental para mantener un flujo constante de producto, requisito indispensable para crecer en un sector donde la calidad, la variedad y la disponibilidad son claves.
Le invitamos a conocer su historia:
